Aseguramiento de un proyecto de inversión

Os presentamos como ejemplo el desarrollo de nuestro proyecto de planta solar fotovoltaica.

En los casos en que un promotor busca financiación bancaria para acometer el desarrollo de un proyecto de cualquier tipo (infraestructuras, industrial, gestión de agua, tratamiento de residuos, energía, edificación, etc.), los financiadores exigen el inicio de un complejo proceso de estudio que implica la participación de un asesor legal, otro técnico y un asesor de seguros.

El asesor de seguros se encarga de:

1) realizar un análisis de los riesgos del proyecto,

2) delimitar los que son asegurables

3) diseñar el programa de seguros para dar cobertura adecuada a esos riesgos con la pretensión de eliminar o, sino no es posible, de minimizar los efectos que sobre el buen fin del proyecto podría tener un eventual siniestro.

La complejidad del proyecto emprendido en nuestro caso, ante la diversidad de riesgos asegurables que incluían desde la fase constructiva y de montaje inicial hasta la propia explotación de la actividad, hicieron que no sólo la entidad financiadora considerase fundamental para la protección de sus intereses la participación de un asesor de seguros especializado, sino que nosotros, como promotores del proyecto, lo asumiéramos como un valor añadido que aportaba seguridad y medios para el control de los riesgos.

La labor del asesor de seguros se centró en dos fases diferenciadas tanto por la naturaleza de los riesgos y sus vías de aseguramiento como por las partes involucradas en cada una de ellas:


1. FASE DE CONSTRUCCIÓN Y MONTAJE:

En ésta, al realizar el contrato de ejecución entre nosotros, los promotores, y el contratista y subcontratistas, se subscribieron las siguientes pólizas:

a) Póliza de Construcción y Montaje: amparaba los riesgos de daños en los bienes objeto de construcción durante el período estipulado para la ejecución, incluyendo maquinaria y equipos, bienes preexistentes y un período adicional de mantenimiento tras la entrega de la obra ejecutada.

b) Póliza de Pérdida de Beneficios Anticipada: cuyo objeto es la cobertura de los perjuicios económicos que se nos podían ocasionar como consecuencia de un retraso en la entrega de la obra o montaje.

c) Póliza de Responsabilidad Civil derivada de la ejecución: cuyo objetivo es garantizar la cobertura ante reclamaciones de terceros por daños y perjuicios imputables a la actividad del contratista.


2. FASE DE EXPLOTACIÓN:

Entregadas las obras, nosotros como promotores y propietarios finales asumimos los riesgos y quedan obligados con la entidad financiadora a establecer un cobertura de seguros adecuada a la actividad que queda constituido por las siguientes pólizas:

a) Póliza de Daños Materiales: para la cobertura de daños a los bienes (instalaciones, equipos, maquinaria, etc.) que constituyeron el conjunto del proyecto.

b) Póliza de Pérdida de Beneficios: protege el efecto negativo que sobre los resultados económicos propios de la actividad pueda tener un siniestro cubierto por la póliza de daños.

c) Póliza de Responsabilidad Civil de explotación: la que legalmente pudiera exigirse al asegurado por daños y perjuicios ocasionados a un tercero por hechos derivados de la actividad desarrollada.

Este programa genérico se debe adaptar a las características específicas de cada proyecto en las sumas aseguradas, sublímites, franquicias, coberturas y clausulado y podría completarse, según las particularidades del proyecto -que en nuestro caso no se dan- y el nivel de protección requerido, con pólizas de transporte, de accidentes, de crédito, de autos, de Responsabilidad Civil de Directivos, contaminación, productos y otros seguros y garantías disponibles en el mercado asegurador.

La aceptación final del programa de seguros suscrito, al que se incorporaron cláusulas específicas de protección de los financiadores, fué un requisito indispensable para que la entidad con la que habíamos negociado aceptara la firma del contrato de financiación y librara los correspondientes fondos.

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